¡Todos somos misioneros!”, escribe el Padre Pedro Opeka con alegría tras celebrar la Eucaristía en el bosquecito del Cerro de Mahatazana, con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones. Relata que “en este impresionante silencio del Pueblo de Dios, escuchamos el canto de los pájaros en los árboles. Incluso los pájaros rezan con nosotros para alabar al Creador”.
Al comentar el Evangelio de la Liturgia del día, el Sacerdote Vicentino de la Congregación de la Misión reflexiona que “recibir la paz de Jesús nos hace hermanos y hermanas, unos de otros” y que “la acción de gracias no tiene fin”; asimismo, destaca que “los jóvenes presentes no se cansan de agradecer el Amor de Dios”. Más adelante nos cuenta que “después de la misa muchos piden la bendición para sanar de sus enfermedades”.
Para finalizar, el Fundador de la Asociación Akamasoa se refiere a “6 muchachos que han obtenido el diploma de Pedagogía en La Universidad San Vicente de Paul Akamasoa, (Madagascar), van a regresar a sus Pueblos y me pidieron la bendición”. Inmediatamente añade, “los invité a que sean misioneros en sus propias Provincias de origen”. Muy feliz día del Señor, concluye.
Ana Soberón
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