Este 8 de diciembre, día en que celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, comenzamos a vivir un acontecimiento de gracia para toda la Iglesia en Argentina. Celebrar los 400 años de presencia de la bendita imagen de la Virgen del Valle en Catamarca: “La Morenita” como el pueblo argentino, con su tierna y respetuosa familiaridad, gusta llamar a la Virgen del Valle en el misterio de su Concepción Inmaculada; como se aprecia en la ilustración, tiene un manto azul con estrellas, las manos juntas ante el pecho, mirando al cielo sonriente; está de pie, junto a la cruz escuchando las palabras de su Hijo Jesús, de ser Madre de todos .
Envuelta con un poncho, prenda con siglos de usanza en todo el pais , logró a través de hábiles manos de teleras convertirse en símbolo cultural argentino. Un poncho que esta en movimiento, al soplo del Espíritu que nos anima y envía a ser discípulos misioneros; a proclamar la alegría del Evangelio a todos.
En su trama es el lugar donde se hilvanan los anhelos, las alegrías y las penas de los argentinos; en los ponchos se anudan pasajes de vidas, de herencia, de sentimiento, de memoria y de miles de historias que se reinventan cada vez que los vestimos. La guarda en el poncho hace referencia a los pueblos originarios que fueron los primeros en venerar a nuestra Señora del Valle. Sus colores nos hablan de la región NOA, el color de la lana de la vicuña que luego van cambiando a los colores de nuestra Bandera Argentina uniendo a la Imagen de la Virgen del Valle, con la Cruz queriendo significar a María, como Madre del Pueblo, Esperanza nuestra.
Celebremos como Iglesia este año de gracia, solo así la Argentina, fiel al Evangelio junto a Maria, podra abrir de par en par su corazón a Cristo, Redentor del hombre, Esperanza de la humanidad.
Aporte de las Obras Misionales Pontificias, para la celebración del Año Mariano Nacional.
Diseño: Claudio Martin Navarro, Diócesis de San Luis
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